El número de artroplastias practicadas en todo el mundo cada año es
elevado. Con el envejecimiento de la generación del baby boom, y con
la creciente demanda de una mayor movilidad y una mejor calidad de
vida, se espera que el número de procedimientos realizados anualmente
crezca considerablemente en el futuro. Esto hará que la artroplastia
sea una de las cirugías programadas más comunes de las próximas décadas.
Para la mayoría de pacientes, la cirugía de reemplazo de cadera o
rodilla está indicada cuando se sufre un dolor diario que no responde
a los tratamientos no quirúrgicos. Normalmente, esto se debe a la
artritis en fase final, cuando existe fricción de hueso con hueso. Si
bien este tipo de cirugías normalmente tienen éxito, existen riesgos,
como con cualquier operación.
Pero si estos procedimientos suelen tener éxito, ¿por qué hay
personas insatisfechas con el resultado? Aunque puede haber muchos
motivos para ello, las expectativas que tengamos con respecto al
resultado de la cirugía, sean realistas o no, son una causa común de
insatisfacción. Por tanto, es importante conocer a fondo y de forma
realista lo que se puede esperar tras una artroplastia de cadera o de
rodilla, tanto en relación con la recuperación como con los resultados
a largo plazo.