La primera artroplastia total de rodilla se realizó en 1968. A lo
largo de los años, se han producido numerosos avances en la técnica
quirúrgica, la instrumentación y el diseño de los implantes, que han
hecho que la artroplastia de rodilla sea un procedimiento que obtiene
excelentes resultados a largo plazo para muchos pacientes. No
obstante, al igual que cualquier otro procedimiento médico, presenta
riesgos asociados. Pregunte a su médico por todos los posibles riesgos
asociados con cualquiera de los procedimientos que se enumeran a continuación.
Los cirujanos realizan intervenciones de artroplastia de rodilla
principalmente en personas con artritis en etapa final, en la que los
huesos friccionan entre sí y que no han encontrado alivio mediante
tratamientos alternativos. El tipo de artritis más habitual es la
artrosis, que también se conoce como artritis degenerativa.
Independientemente de la causa, la artritis se asocia al desgaste del
cartílago que amortigua la rodilla.